Gregorio Martínez y sus Cantos gregorianos (Ed. Peisa, 2023)

Gregorio Martínez nos sigue sorprendiendo, desde la ultratumba nos sigue jalando las patas con su lenguaje plástico y erudito que consiguió, desde hace décadas, maravillarnos y ser un digno representante de nuestra lengua. Aunque, probablemente “digno” sea una palabra que al Goyo le repela, como le repelía todos los formalismos pomposos, a veces de uso frecuente en nuestra panaca literaria. Ha llegado a nuestras manos, Cantos Gregorianos (Ed. Peisa, 2023), que reúne 45 cartas que nuestro nazqueño favorito intercambia con Víctor Campos Ñique, profesor y gestor cultural chinchano. El epistolario es, tal vez, uno de los géneros poco practicados en nuestra literatura, y en particular no conocíamos un libro de Goyo que revelara ese lado tal vez más íntimo y dúctil del autor. Las cartas versan sobre distintos temas que siempre le obsesionaron: datos históricos muy particulares, anecdotarios, inquinas literarias, la oralidad, la magia de la lengua y la literatura, chismes y pugnas literarias convertidos en material de goce e ironía, la gastronomía, el sexo de lupanar, el regocijo de sus aventuras y trancas, las costumbres de los pueblos que habitaron estas costas áridas y desoladas, en fin, mil cosas más, así era la mente brillante de Gregorio Martínez, que ahora podemos conocer más gracias a este acierto de Peisa. Conversamos con el interlocutor de estas cartas y principal gestor de su obra en Ica, el amigo Víctor Campos, a propósito de la publicación de este libro.

Víctor Campos Ñique, interlocutor de las cartas al Goyo.

-Dentro de la copiosa obra de Gregorio Martínez, ¿qué significa Cantos gregorianos y cuál es su aporte?

Cantos gregorianos significa una mirada distinta del autor respecto a su variada bibliografía. En el libro, Gregorio Martínez nos ofrece detalles inéditos de su propia obra y, como puede apreciarse, se muestra en confianza con su interlocutor, permitiendo despacharse con datos muy interesantes. El aporte es la valiosa información que se consigna en todo el transcurrir del contenido, como por ejemplo, está el hecho de mencionar un texto breve de Antonio Gálvez Ronceros, su gran amigo, sobre Mauro Mina. No se conocía mucho este opúsculo de Gálvez y ninguna biografía del escritor chinchano lo consignaba.

-Tal vez los personajes más citados en las cartas sean Enrique Congrains y Antonio Gálvez Ronceros, ¿por qué crees ese interés particular en ambos?

-Cierto. En el caso de Gálvez porque compartieron juntos aventuras literarias y amicales. Era su yunta, solía decir Goyo. Con Congrains se tenían mutua admiración: Enrique le dedicó toda una novela de casi 500 páginas que la tituló 999 palabras para el planeta Tierra y Goyo le dedicó un texto breve para que sea leído en un Congreso de Estudiantes de Literatura que se realizó en Ica.

-Otro detalle que recorren las cartas es la obsesión por el dato, el nombre, la referencia o la cita que busca Goyo en sus proyectos literarios personales, y en cierto modo, se desprende de tu correspondencia, ayudas a encontrarlos o buscas a personas que te den mejores referencias, ¿a qué crees que se deba esta casi obsesión que siente Goyo por el dato histórico e incluso bibliográfico?

-No lo sé con exactitud. Posiblemente, creo, le encantaba estar muy bien informado. Cuando publicaba sus artículos en el Diario Perú21, él me pedía que lo revise minuciosamente porque quería cerciorarse que no lo hayan “mochado” palabras o párrafos. Goyo, viviendo en el extranjero, estaba tan bien informado de lo que acontecía en Perú igual o mejor que alguien que viviera acá. El poeta César Panduro me dijo en alguna ocasión de cómo era posible, cómo lo hacía, para mantenerse informado al detalle de algunos asuntos.

-También, no sin humor, buscaba alborotar el gallinero literario, siempre tenía esa actitud como la de estar observando quién lo machetea o quien se ofende y cómo lo toman. Se nota que aprecia el humor de su contrincante, no así, por ejemplo del poeta Mirko Lauer. Es divertido, pero ¿por qué crees que le interesaba ese raje, esa bronca con sus contemporáneos? Pero aclaro, no hay maledicencia sino humor pícaro, pero noto que siempre tiene a ese lector mental, del otro lado, que busca provocar.

-Así es. Tienes una buena lectura sobre ello. A Goyo le gustaba la confrontación intelectual. En alguna ocasión hizo un comentario sobre Alfredo Bryce Echenique y el autor de Un mundo para Julius no lo tomó a mal. Goyo me dijo que como hombre inteligente, refiriéndose a Bryce, sabía perfectamente que él sólo quería entrarle al “buscapique”, como solía decirlo, pero que no había malaleche. Por ejemplo, respecto a las críticas a su obra, mientras que hayan sido sinceras, objetivas y fundamentadas, Goyo las valoraba. Pero si eran formuladas con maledicencia, él las combatía. En el caso de Lauer era abiertamente conocida su enemistad.

-Una de las cartas que me gusta mucho, es la que reflexiona, desde distintos planos, sobre la oralidad. Tengo la impresión que sabía mucho sobre los distintos niveles de la oralidad y su escritura. Es un virtuoso y seguramente buen oyente, buen oído. Algo que también comparte con el chinchano Gálvez Ronceros. ¿Qué le preguntaste o cuál fue el disparador de esas reflexiones sobre la oralidad?

-Coincidimos. A mí también me gusta mucho esa misiva. Como bien sabes Goyo y Antonio Gálvez Ronceros son maestros de la oralidad en la literatura de nuestro país. El disparador fue que conociendo este dato no podía dejar de consultárselo. Esta carta lo he compartido con mis estudiantes tanto de secundaria como de superior porque me parece un texto muy ilustrativo.

-El libro es muy pródigo en datos, nombres, lugares y demás. Una memoria ágil y erudita. Sin embargo, me interesa también porque todos esos datos no están puestos gratuitamente, sino para ponerlos en un plano más destacable los orígenes populares como en la gastronomía, o la denuncia implícita de racismo, como en el caso de Valdelomar. ¿Crees que Goyo siempre tuvo una consciencia de clase o racial, desde el lugar de enunciación, y crees que esto puede conectar mejor con nuestro tiempo?

-Respecto a lo primero que manifiestas, recuerdo que Congrains me dijo en una oportunidad que la obra de Goyo Libro de los espejos. 7 ensayos a filo de catre era un libro erudito por la vastedad de informacion y el tratamiento de la misma. Yo agregaría que también lo es Diccionario Abracadabra. Ensayos de abecechedario, que además ganó el Copé de Ensayo en su primera edición. Hay que recordar que también ganó el Copé de Cuento con el texto titulado “Guitarra de palisandro”.
Los datos que ofrece Goyo no son gratuitos, efectivamente. Lo que le interesaba a Gregorio era dar hilos de investigación para que quien se interese jale de la madeja. Es decir, nos ofrecía señales concretas en diversos temas para que nos podamos sumergir en profundidad en uno o más de uno entre ellos. Hay una carta en donde a mí directamente me plantea un tema para que investigue.
Yo creo que Gregorio Martínez siempre tuvo conciencia de clase. Recuerda que él en su juventud militó en el aprismo, después abandonó esa ideología y se fue a la izquierda. Creo que conecta con nuestra realidad porque Goyo tuvo compromiso político, social y literario.

Gregorio Martínez y Lengua & Delirio, libro que reúne sus textos breves, editado por Jorge A y bellamente ilustrado por Lucia Q. (Conde Lemos Editores, 2022)

-Finalmente, creo que poco a poco Goyo va ganando reconocimiento y oportunidades, como en tu libro, para ganar nuevos lectores y conectar con estos tiempos, ¿se vienen nuevos trabajos de Goyo?, ¿qué podemos hacer para seguir ampliando su círculo de lectores?

-Estoy seguro que vendrán novedades sobre la genial obra de Gregorio Martínez. Para ampliar el círculo de lectores de Goyo es necesario plantear y concretar proyectos innovadores que giren en torno a su vida y obra. Hay cosas que ya se han cristalizado, como por ejemplo, Conde Lemos Editores publicó una interesante antología titulada Lengua & Delirio. Otra iniciativa fue la de la gran actriz María Angélica Vega Zapata, quien llevó a escena el libro Cuatro cuentos eróticos de Acarí, obra publicada por el Fondo Editorial del Congreso de la República. También la FIL ICA le dedicó una de sus ediciones. La Asociacion de Niños y Jóvenes Ambientalistas “Gotitas de Miel” que preside María Cecilia Almeyda Magallanes, la Dirección Regional de Educación de Ica y la FIL ICA organizaron el I Conversatorio Interescolar Regional que llevó el nombre de Goyo. Y así, más adelante, surgirán más ideas que sumen para la difusión de un autor fundamental para la literatura peruana.