Texto leído en la presentación por Jorge A Castillo
Hoy, en esta ocasión, venimos a hablar de las políticas culturales en los municipios que no es otra cosa que las actividades que realizan nuestras autoridades con algún horizonte y mirada a largo plazo.
Digámoslo claramente: nuestras autoridades regionales o municipales, vale decir gobernadores regionales, alcaldes, concejeros regionales, regidores, gerentes, subgerentes, directores, administradores, jefes, encargados o cualquier burócrata de nivel local no tienen la más mínima idea de qué es lo que hay hacer con la cultura, y aquí me refiero específicamente al libro y a la lectura. No tienen idea qué hacer con el libro ni la lectura; creo que, es más, si pudieran eliminarla del organigrama público lo harían, pero no pueden porque es parte de algún estatuto o alguna ley perdida en el archivo. De ahí que siempre el despacho tenga normalmente el nombre pomposo de “subgerencia o comisión de cultura, educación, deporte, turismo y etcétera” y eso porque creen que la cultura nunca puede estar sola, no puede valerse sola, necesita estar acompañada de eso extra de educación, deporte, turismo y etcétera. Como si la cultura realmente lo necesitara. La razón de este ninguneo es sencilla: los burócratas no leen. El resto se desprende de esta inicial afirmación. No hay mucho que decir a partir de aquí. Tal vez un requisito para ser encargado de este despacho se necesite que aprueba un examen de lecturas mínimas y necesarias. En fin.
Por eso es necesaria la presencia de John Martínez, para que nos de algunas luces de lo que, desde los municipios, podemos hacer por el libro y la lectura. En la Feria del Libro de Ica hemos creado un slogan “Ica lee, Ica crece” con razón seguimos chatos. Esto puede cambiar, esto debe cambiar. El aporte de los organizadores de esta feria, en donde me incluyo, está justamente en poner en debate y cuestión este importante tema: ¿qué podemos hacer, desde los municipios, para cambiar estas prácticas culturales?
John Martínez tiene experiencia en ese sentido, trabaja dirigiendo una de las políticas culturales del municipio de Lima, que es la de edición de libros que están disponibles y gratuitos para todos, en físico y virtual, armando un catálogo de escritores que rescata del olvido y promueve otros para que estas formen de la vida cultural de nuestra ciudad. Y así, con todo, en Lima, es insuficiente. Esto, por supuesto, solo no funciona, el programa cultural tiene otras aristas como las bibliotecas públicas, mediadores de lectura, talleres, eventos culturales, entre otros. Todo aquello en Ica no existe. De eso queremos hablar. John además tiene el sello editorial Hanan Harawi con el que ya lleva varios años editando a poetas de todo el Perú y Latinoamérica, además de ser organizador de eventos y festivales de poesía, algunos reconocidos y recordados hasta hoy. Y, por si fuera poco, es un poeta que ha venido bregando y llevando sus poemas a todas partes del país. Lo conozco desde hace tiempo, compartimos una humeante amistad y el respeto por su trabajo.
Así que, espero que la idea y la conversa gire en torno a este difícil aspecto público del qué hacer desde el municipio para mejorar el acceso a los libros y a la lectura, que nos cuente su experiencia pública y cómo podemos aplicarla a nuestra ciudad. Espero que entre los asistentes se encuentren justamente las personas que tienen cargos públicos o aspiren a ellos para que cuando llegue el momento adecuado, tengan una idea de qué hacer con esas gerencias, esas direcciones. Nadie nace sabiendo, se puede aprender de los que saben o que ya han hecho cosas similares. Y si no hay nadie que tenga cargos de ese tipo o aspiren a tenerlo, sino los que estén aquí son simplemente ciudadanos, pues miren y aprendan lo que se hace en la capital del país y llegada la hora, reclamemos y hagamos un ajuste de cuentas con nuestras autoridades públicas, y la cultura no sea más el patito feo de nuestra vida pública.